Mamíferos
Los mamíferos son animales que a pesar de su tamaño, y por sus costumbres mayormente nocturnas y muy discretas, son difíciles de ver, sabiendo de su existencia por las huellas, señales y madrigueras que van dejando, como las hozaduras levantando el suelo en busca de comida y los troncos de pino en que se frotan hasta hacer desaparecer la corteza que hace el jabalí; o los cagarruteros situados en oquedades rocosas para marcar el territorio de las garduñas y las piñas comidas de las ardillas.
Entre los mamíferos destaca la vuelta del corzo, a veces visible en zonas abiertas de matorral, de la cabra hispánica, a partir de ejemplares escapados de un coto de caza cercano, y la nutria, en los cursos fluviales.
Aves
Algunas aves son características de determinados medios. En los espacios abiertos encontramos aves con coloraciones pardas poco llamativas como la cogujada común, el triguero y las collalbas gris, rubia y negra, esta última con sus contrastes de blanco y negro es la más llamativa de la zona. En las zonas de matorral son sus cantos y reclamos los que nos dan una idea de la riqueza de aves pues algunos, como el ruiseñor y las currucas, difícilmente saldrán a terreno descubierto donde las podamos ver. Son las aves de los roquedos las más conocidas, no solo por su espectacularidad sino por la facilidad con la que son observadas en sus zonas de cría y de descanso, destaca el buitre leonado por su envergadura y su abundancia, mucho más que otros carroñeros como el alimoche, que está en regresión, y el quebrantahuesos, que nos regala la vista con su característica silueta en vuelo. En estos roquedos también encontramos el águila real, la perdicera, el halcón común y el cernícalo, y otras aves que aunque no son rapaces viven ligadas a este medio como la chova piquirroja, los roqueros solitario y el rojo, y el vencejo real; en la invernada aparecen el acentor alpino y el treparriscos que vuela “mariposeando” con sus alas de color fucsia por las paredes de roca.
Rapaces forestales son el azor y el gavilán, ambos con las alas cortas y redondeadas, y una larga cola que les permite un vuelo con giros rápidos por la espesura; otras especies de rapaces también hacen sus nidos en árboles pero cazan en medios abiertos; así sucede con las águilas calzada y la culebrera, el ratonero y los milanos real y negro. Otras aves forestales significativas son la oropéndola, la tórtola común, el arrendajo, los páridos (carboneros y herrerillos), los mitos, o el petirrojo; aunque los más significativos son los pájaros carpinteros; desde el pico verde al pito negro, y el trepador azul, que nos sorprende con sus acrobacias por los troncos.
Reptiles
La capacidad de desplazamiento de los reptiles es ya menor, y cuando llega la época desfavorable, por las bajas temperaturas, simplemente se aletargan a la espera de mejores condiciones. Eso hace que las vertientes de solana y umbría, incluso en un mismo valle, tengan especies emparentadas pero diferentes. Así en la solana encontramos especies de ámbito mediterráneo, mientras que en la umbría encontramos especies de carácter más norteño. Destacan dos especies de lagartos que han optado por la locomoción reptante como las serpientes: el eslizón aún tiene unas diminutas patas que no suele usar y el lución que ya carece de ellas; este último, llamado escurzón en la zona, estaba rodeado de leyendas puesto que era considerado más peligroso que la víbora a pesar de carecer de veneno. Entre los ofidios destaca la culebra de esculapio que tiene aquí una de sus poblaciones principales, siendo más frecuentes los ejemplares melánicos.
Anfibios
La presencia de masas de agua adecuadas para reproducirse determina en parte la distribución de los anfibios, y la humedad ambiente su actividad. La presencia de balsas, aunque se sequen en verano, permite la existencia de hasta seis especies de anuros en algunas zonas, mientras que las zonas lluviosas sobre suelos porosos, que impide la acumulación de agua en superficie, dificulta su reproducción. La especie más significativa es el tritón pirenaico, que aunque es una especie de alta montaña coloniza algún barranco y manantial serrano, acostumbrado al agua fría de los torrentes se aletarga en verano cuando la temperatura de estos sube. Y es que los anfibios se comportan dependiendo de la humedad, y son capaces de soportar temperaturas cercanas a los cero grados especialmente para la reproducción, por lo que siempre los podremos encontrar con mayor facilidad de noche en especial después de la lluvia, mientras que en los días veraniegos en que solemos realizar las excursiones se encuentran escondidos. Destacan por su abundancia la rana común o verde, el sapo común y el corredor, y, ya más escasos, el sapillo moteado y el sapo partero.
Peces
Los peces es el grupo de vertebrados que seguramente tiene mayores problemas, ya que los tramos fluviales donde habitan están sometidos a una gran irregularidad del caudal con fuertes estiajes, además de la alteración del hábitat con la regulación de los ríos mediante presas e infraestructuras que les reducen la movilidad, junto con la introducción de especies foráneas normalmente más agresivas y a veces portadoras de enfermedades. Así la anguila queda ya para el recuerdo desde que las presas del Ebro impiden su salida al mar y con ello la posibilidad de reproducirse; y las poblaciones de barbos, madrillas y bermejuelas se ven afectados por la introducción de peces depredadores, como las truchas, más apreciadas en la pesca deportiva.