Estamos en una zona donde el hombre a dejado su huella desde tiempos prehistóricos como nos indican las pinturas prehistóricas de arte levantino de la Ralla Artica López y el dolmen del collado o Barrio ambas en Santa Eulalia de la Peña.

El paisaje vegetal que encontramos es el resultado de esta presencia. Pues además de los cultivos y la ganadería el hombre ha usado las plantas por su madera para la construcción y para la realización de herramientas, también para la elaboración de carbón vegetal y para la extracción de leñas de arbustos, así como la recolección de plantas para la alimentación, medicina, o industrias como la textil, o la extracción de esencias.

Venimos de una época donde se aprovechaban la totalidad de los recursos de un territorio, por lo que este se encontraba sobrexplotado y con escasa cubierta vegetal, tal y como apreciamos en las fotos de Lucian Briet de principios del siglo XX.

Desde mediados del siglo pasado, la despoblación del campo ha conllevado el abandono de campos y pastos, así como el cambio de recursos como la sustitución de la leña como combustible por el butano o el gasoil, por lo que poco a poco la vegetación natural se ha ido recuperando. Seguramente desde la Edad Media estas tierras no han estado tan cubiertas de vegetación, especialmente matorrales, pero aún queda mucho para decir que son bosques. En algunos lugares el suelo esta tan dañado que tardará mucho en dejar de estar escasamente cubierto de arbustos.