Al igual que hay plantas que han conseguido prosperar con los incendios, las hay que están adaptadas y prosperan gracias ser comidas por los herbívoros, son las plantas de los prados. Con la carga animal adecuada los prados son una comunidad estable, productiva y diversa, muchas de las especies de plantas e invertebrados que en ella encontramos solo son posibles en ellos.

Las plantas de los prados son capaces de minimizar los daños que les ocasiona los animales al comérselas, protegiendo las yemas en el suelo donde no llegan los dientes, y siendo resistentes al pisoteo con las pezuñas. El ramoneo estimula el crecimiento de la planta, las partes nuevas son más ricas en proteínas y vitaminas, y por lo tanto más apetecibles para los animales.

Además se benefician de la eliminación de las plantas competidoras menos adaptadas a estas condiciones, y del aporte de los nutrientes de los excrementos y de la orina de los animales.

Sus semillas, además, son capaces de pasar por el tubo digestivo de los herbívoros sin destruirse por lo que estos las diseminan con sus excrementos.

Los animales herbívoros necesitan de una boca y un sistema digestivo especializado, especialmente cuando el alimento es poco nutritivo, como las plantas viejas y embastecidas. Cortan las plantas con los incisivos y las desmenuzan con los molares, el sistema digestivo está preparado para procesar los tejidos con la ayuda de microorganismos. Los rumiantes son los mejor preparados para aprovechar vegetales de poca calidad, gracias a la regurgitación del contenido de la panza con una segunda masticación y a su estómago dividido en cuatro partes que actúa como una cuba de fermentación.